sábado, 11 de octubre de 2014

RELATO DE AUSENCIAS Y VIVENCIAS


Desde hace no sé cuánto tiempo, cada vez que paso por mi pueblo,  me acuden infinidad de preguntas a las que intento responder siempre que puedo. Algunas aparecen como recuerdos de vivencias de niñez y juventud, fáciles de aclarar. Otras  como ausencias que exigen la parte de detective que cada uno llevamos en nuestro bagaje personal. ¡Se busca un anciano, ya de edad! Su nombre José Nicolás, de 1´65 de altura, piel morena, enjuto, cejijunto y ojos claros  hundidos y escaso de pelo canoso. Sus pantalones y la chaqueta de pana deslucida tirando a marrón, ambos muy remendados. A la hora de desaparecer calzaba zapatillas negras de esparto, con unas almadreñas de madera de avellano para no pisar humedades.
Según me han dicho fue mi bisabuelo; o sea, debo ser su biznieto. En consecuencia somos de familia directa. Su primera esposa de nombre Venancia Montes. Familia en la que nacieron: Cándida y Venancia (hija).
Cándida se casó en su día con Gervasio de la Fuente venido de Celadilla del Río de este matrimonio nació en su día de 1905 Genaro de la Fuente Nicolás (dicho sea de paso, mi padre).
De sus segundas nupcias, José se casó con María Santos, nacida en Villosilla de la Vega. Con la que tuvo otras 2 hijas: Gabriela y María a las cuales he conocido muy bien.    
He vuelto a andar por las calles, en su tiempo calles suyas. Para respirar el aire de historia que también nos dejó el abuelo José Nicolás además de algunas fincas y no pocos trastos que aparecieron en su casa. Por las tardes ya libre de labores me siento junto a los viejos del pueblo en los maderos de la solana junto a la Casa Concejo. Aquella reunión parece un verdadero sanedrín. Pongo atención a lo que allí se dice y pregunto siempre que me parece.  Todo, o algunas veces, hablamos cosas que dan luz a preguntas que tengo en mi zurrón.
Como es de ley se acabó el tiempo para J. Nicolás (En eso no se distingue a la de tantos otros como él ya fallecidos.) Pero sus convecinos algo tuvieron que ver en lo que fue mi bisabuelo. Por eso sigo espulgando detalles de aquellos tiempos pasados y sus gentes.
He revisado los archivos civiles y religiosos  en lo tocante a José Nicolás ya que de entonces no hay escritos oficiales ni fotografías ni guías de teléfonos ¡A dónde vas a parar! Eran tiempos de contratos de palabra. Pero los que tienen buena memoria me dicen que mi bisabuelo era notorio por tener una yunta de vacas siempre gordas y un carro bien limpio. Así debía ser porque  eran la envidia de los que le conocieron.
Con lo oído y comprobado y algo de mi propia observación, he llegado a este casi conocimiento con minúsculas certidumbres, lo suficiente para no tener que inventar o hablar de memoria o de oídas. Pero a los contertulios les repetía más de una vez: -“Ya me he dado cuenta que me repito: -“Hablo de eso, de eso… Que alguien  -BUSCA- a alguien.” –“Casi siempre es así. Pero os aseguro, que es algo inconsciente para mí.”
A veces, sin saber porqué, me llegan documentaciones que completan lo que ya he conseguido. No me paro a ver si merece la pena o no. Por si acaso, tomo buena nota. Me considero un simple notario y no un historiador. No importa el resultado de la búsqueda, como la búsqueda en sí. Por eso mis apuntes, son como son.
Mi obsesión por saber a cerca de los desconocidos. Entre mis preguntas, me obligan a recorrer sus huellas para investigar. Porque vivo hoy y ahora (en el S. XXI). Si hubiera vivido en el S.XII, hablaría de torneos y caballeros, de castillos y damas. De faenas rurales y de pastores. Hoy en día todo es relativo pues depende del pasado. Aunque casi todo se guarda en el anonimato, especialmente a los que hemos huido del pueblo a una de las  ciudades donde las personas se pierden más fácilmente. –“¿Me explico, o no me explico?
  Yo, que siempre he estado impresionado por las AUSENCIAS, me fascinan las guías de teléfonos que me recuerdan los números de las viviendas bien señalizadas, los carros de vacas y otras nimiedades que nos enseñan lo que cambian las personas y las cosas de un año a otro.
A.de la F. M. (9 – X – 2014)           

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